jueves, 24 de junio de 2010


La propuesta de la Comisión Europea (CE) de un etiquetado nutricional obligatorio en los alimentos envasados, en el que figure de manera clara el contenido energético, las grasas, los ácidos grasos saturados, los carbohidratos, los azúcares y la sal, recibió ayer el apoyo del pleno del Parlamento Europeo. La legislación europea cuenta con numerosos reglamentos y directivas sobre las etiquetas y los valores nutricionales de los alimentos, por lo que el modelo que se baraja pretende simplificar y actualizar la normativa vigente.

La Eurocámara propuso también incluir en esa lista las proteínas, la fibra y las grasas trans, además de obligar a la industria a indicar el contenido de nanomateriales en los ingredientes de los alimentos. Sin embargo, los eurodiputados rechazaron crear etiquetas "semáforo" con indicaciones sobre la sal, el azúcar y las grasas que tiene la comida preparada. Para que los consumidores puedan comparar el aporte nutricional de los distintos alimentos, el Parlamento Europeo planteó que sea obligatorio declarar los valores nutricionales por cada 100 gramos o 100 mililitros y, en casos específicos, permitir indicaciones complementarias sobre porciones de otros tamaños. Propuso también facilitar la lectura de las etiquetas mediante la ampliación del tamaño de la letra o del contraste entre el texto y el fondo.

El pleno rechazó la posición de la comisión de Medio Ambiente que exigía indicar el país de origen para toda la carne, los productos avícolas, las frutas, las verduras y otros productos perecederos de ingrediente único, así como el pescado y la carne cuando se utilicen como ingredientes en comida procesada. Además, la Eurocámara sugirió excluir todas las bebidas alcohólicas, y no sólo el vino, la cerveza y las bebidas espirituosas, de la obligación de etiquetado nutricional y se negó a obligar a los productores a informar sobre el contenido energético de las bebidas alcohólicas.

Como no se prevé que los Estados miembros consigan alcanzar un acuerdo en breve, la directiva volvería al Parlamento para una segunda lectura y, una vez aprobada, las empresas alimentarias tendrían tres años para adaptarse a las nuevas normas. Las compañías con menos de 100 empleados y un volumen de negocios anual inferior a cinco millones de euros dispondrán de cinco años. Los eurodiputados pidieron a este respecto que las microempresas que fabrican alimentos artesanales queden excluidas de la directiva. (Fuente: Consumer Eroski)

Las propuestas de la Eurocámara son casi perfectas:
etiquetado nutricional obligatorio en los alimentos envasados, en el que figure de manera clara el contenido energético, las grasas, los ácidos grasos saturados, los carbohidratos, los azúcares y la sal; las proteínas, la fibra y las grasas trans, además de el contenido de nanomateriales en los ingredientes de los alimentos. Faltaría algo muy importante, la obligatoriedad de indicar, exactamente, todas las sustancias usadas para su elaboración, hasta las trazas que pudieran contener y las sustancias usadas o añadidas, que en este momento no se indican en la etiqueta porque existen unos límites mínimos exigidos para la obligatoriedad de indicarlo en la etiqueta. Todo esto es importantísimo para la población, cada vez en aumento, con problemas alérgicos y de intolerancia y para los demás porque es un derecho saber lo que ingerimos y poder elegir si ciertas sustancias queremos que estén dentro de nuestra dieta aun en trazas. Tomen buena nota porque el futuro de la humanidad va ha estar marcado por las alergias e intolerancias (hígados débiles incapaces de hacer frente a mas tóxicos, bacterias y virus).

La comisión de Medio Ambiente hace muy bien en exigir que se indique el país de origen los productos alimentarios; señores de la Eurocámara ¿de qué estamos hablando tanto?, ¿de ecología?, ¿de que el planeta se muere ahogado en nuestros gases?; sepan que hay muchos humanos concienciados que miran las etiquetas y los países de origen de los alimentos y que solo consumen productos autóctonos del país en el que habitan porque eso supone que no hay que transportarlos, con el gasto y la contaminación que eso supone, además de ser beneficioso para la salud, ya sabemos todos que los productos perecederos como las frutas son arrancadas inmaduras para que aguanten el transporte, les añaden sustancias para que no se pudran, les maduran en cámaras frigoríficas y cuando llegan al consumidor aquello parece un manjar de plástico por el aspecto y sabor, amén de la carencia de vitaminas y minerales por no seguir un proceso natural. ¿Tanto movimiento en pro de la ecología, tanto gasto en campañas publicitarias y nos van a privar de practicar un consumo responsable?. Además, la Eurocámara quiere que las bebidas alcohólicas, no informen sobre el contenido energético, ¿quieren que hablemos aquí de obesidad, de problemas psicológicos en los adolescentes, etc.,?, el alcohol debería estar etiquetado como el tabaco y el que quiera agredir su salud que lo haga, pero todos debemos saber lo que es dañino y poder elegir.

Es una vergüenza que los Estados miembros no consigan alcanzar un acuerdo en temas tan importantes como este. Señores empresarios de la alimentación, fabriquen sus productos pensando que ustedes también los consumen, y sus hijos, y sus nietos, piensen en el futuro del ser humano cada vez que introduzcan una sustancia extraña en los alimentos y si aún así deciden hacerlo etiquetenlos correctamente, que no tengan que venir de afuera a imponerles lo que tienen que hacer en sus propias casas porque eso solo ya nos da una idea del tiempo de empresa que es.
Respecto a las microempresas que fabrican alimentos artesanales, habría que explicar muy bien que significa "artesanales" porque "hecho a mano" no es sinónimo de natural, sin conservantes ni colorantes, ni sustancias química añadidas; así es que cuidadito con las que queden excluidas de la directiva.