martes, 31 de diciembre de 2013

INTOLERANCIA A LA LACTOSA


¿Por qué algunas personas no terminan de eliminar sus síntomas a pesar de llevar una dieta restrictiva?

Esto es lo que me ha perturbado durante bastante tiempo en la consulta de Naturopatía. Tengo claro que muchos de los casos con síntomas persistentes son la consecuencia de saltarse, en algunas ocasiones, la dieta restrictiva, los mismos pacientes reconocen este hecho; en otros casos no es el paciente el que peca, sino que la ingestión de lactosa se produce de manera accidental, sin el conocimiento del paciente, bien en el restaurante o en la propia casa por alimentos en los que no han sabido identificar la lactosa.
Pero los casos que me han traído de cabeza durante mucho tiempo, han sido los de pacientes con dietas absolutamente libres de productos procesados, cuya alimentación fue, durante todo el proceso de recuperación, estrictamente natural, limitada a frutas, verduras y vegetales sin envasar, carnes al peso, pescados procedentes de pesca extractiva y arroz. A este tipo de pacientes tuve que realizarles un test de intolerancia alimentaria, para descartar otras intolerancias añadidas a la de la lactosa, porque sus males seguían manifestándose, aunque en menor medida; en la piel se podían ver pequeños restos de eczema o continuaban padeciendo ligeros y esporádicos trastornos digestivos, que si bien en todos los casos eran muy livianos, indicaban que algo seguía perturbando al organismo.

Pues bien, por fin pude identificar los alimentos responsables de estas secuelas resistentes. Uno de estos alimentos son las hamburguesas vendidas en las carnicerías como “caseras”, no están envasadas al vacío, nos las presentan como frescas al lado de las carnes al peso, si preguntas al carnicero por los ingredientes te dice, y te asegura, que sólo llevan carne… hasta que un día se me ocurrió decirle que eran para una persona con una alergia muy grave a ciertas sustancias… el carnicero saca una etiqueta de debajo de las hamburguesas y me dice -bueno, las hacemos nosotros, pero tienen lactosa porque sanidad nos obliga a ponerla como aditivo por seguridad. Desconfiad de cualquier producto que os vendan como natural, sin aditivos, porque lo más probable es que no sea así, si queréis comer hamburguesas que sean caseras de verdad, comprar la carne al peso y picarla vosotros mismos con el robot de cocina (y aun en estos casos tengo mis dudas de que la carne no contenga restos de lactosa).

El siguiente alimento es el que más tiempo me costó identificar. Los intolerantes a la lactosa saben ya perfectamente que los productos de charcutería llevan lactosa (y gluten), salvo que indiquen en la etiqueta que están exentos de ella; fiambres como el chorizo, salchichón, mortadela, pavo, jamón york, etc. la llevan y los pacientes con intolerancia a la lactosa no deben consumirlos.

En los tiempos en que las intolerancias alimentarias no eran muy conocidas, a los pacientes les costaba creer que el jamón York pudiera contener leche y trigo, este conocimiento les producía casi un shock; antes no existía la cultura de leer las etiquetas y nos llevábamos a la boca, confiados, cualquier alimento; gracias a que esto ha cambiado y hay más conciencia en la alimentación, comenzamos a saber elegir y alimentarnos con menos aditivos.

Pues bien, con el jamón serrano ha pasado lo mismo que con el york; en las opciones de alimentación sin lactosa que yo daba en consulta, lo incluía como alimento permitido; en todas las charcuterías que visité me aseguraban que el jamón sólo era pata de cerdo con sal, y hasta me explicaban el proceso de curación, pero un día hablando con una persona entendida me comentó que al jamón serrano le inyectan gluten de trigo (¿!), eso me puso en alerta y eliminé el jamón serrano de las opciones alimenticias para intolerantes, lo sustituí por jamón ibérico, de bellota o jabugo, pero visto lo visto, para asegurarme totalmente de que este tipo de jamón cumplía los requisitos, conseguí una etiqueta y… 




Entendí entonces mis quebraderos de cabeza con los casos de pacientes intolerantes a la lactosa, en los que los signos persistían.

Pero esto no termina aquí y tengo claro que cada vez se va a poner más difícil para las personas con intolerancias alimentarias, sobre todo después de la noticia del 06/02/2013:
 “Autorizado el ácido láctico para descontaminar las canales de vacuno” (1). Y por si esto fuera poco también se están planteando utilizar la leche como abono para regar los cultivos. Sobre esto último tengo que decir que el ácido láctico ya se utiliza en agricultura ecológica, se usa como abono y antiparasitario, es una de las pocas sustancias no sólo permitidas, sino calificadas como “imprescindibles”.
Y por si esto ya fuera poco, para terminar de complicarle la vida aún más a los intolerantes, se van a fabricar bandejas para contener alimentos, que son biodegradables gracias a la biotecnología, pero fabricadas en PLA (ácido poliláctico) (2).

Con este panorama, lo único que podrá evitar que enfermemos, será  disponer de huerto y cría de animales propios, en los que no usemos abonos químicos en la tierra ni pienso para alimentar a nuestros animales. Vamos hacia la autogestión alimenticia que evitará una sociedad cada vez más enferma con peligro de extinción.


(1) (Resumen:
Los ministros de agricultura de los Estados miembros de la Unión Europea dieron luz verde al uso de ácido láctico como descontaminante en el procesamiento de carne. Esta medida ha sido fuertemente criticada por grupos de consumidores, ya que dicen que socava las normas de seguridad alimentaria.

Contenido:
En el consejo de Ministros no se llegó a acuerdo ni favorable ni desfavorable en aprobar el tratamiento pero se ha dado luz verde a esta práctica utilizada en Estados Unidos y actualmente prohibida en la Unión Europea. La autorización de su uso, que fue considerado seguro por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se produce después de la fuerte presión de los Estados Unidos, que decía que no podía llenar su cuota de exportación de carne de vacuno a la UE a menos que se levantase la prohibición.
No obstante, la Organización Europea de Consumidores BEUC criticó la decisión y dijo que el tratamiento podría ser utilizado para ocultar las malas prácticas de higiene. Además señalan que a los consumidores no se les informó. Francia, Grecia, Letonia, Austria y Polonia votaron en contra de la medida. Los miembros de la Comisión del Parlamento Europeo sobre el Medio Ambiente (ENVI) respaldaron la decisión en una votación ajustada.

http://www.centro-nacional-de-capacitacion- agraria.chil.org/innova/news/2013/02/06/autorizado-el-acido-lactico-para-descontaminar-las-canales-de-vacuno

(1) http://www.guiaenvase.com/envases-barrera/ficha.jsp?uid=16334F653FB31ACEC1257ABD002A6A46#.URKv3R1FXzg


Rosa Madueño

jueves, 6 de diciembre de 2012

Seguridad alimentaria en la hostelería… y en nuestras cocinas


La incongruencia del uso de aluminio en la cocina

Hace ya tiempo quería tratar este tema; me decido por fin a robarme un poco de tiempo para contarlo porque he encontrado una solución aceptable.
El Ministerio de Sanidad prohibió, para el uso en la hostelería, las cacerolas de aluminio por el riesgo de contaminar con este metal los alimentos.
Por si hay alguien que no lo sepa todavía, el aluminio es un metal blando considerado neurotóxico; se le relaciona con la enfermedad de Alzheimer, entre otros trastornos.
En nuestra vida cotidiana podemos contaminarnos con este metal por diversas fuentes: con los alimentos que ingerimos, algunos vegetales lo absorben del suelo si el ph de este es ácido; también los alimentos enlatados o con envoltorios de este material son otra fuente de contaminación para nuestro cuerpo; otros alimentos nos contaminan igualmente al agregárseles como aditivo sales de aluminio (fruta en conserva, cerveza, cereales, quesos, sal, etc.); siento alertar a los asiduos bebedores de té, ya que están ingiriendo a diario una pequeña cantidad de aluminio contenido en sus hojas, y si además lo toman con limón han de saber que la absorción por parte del organismo es mayor (la acidez favorece la absorción de este metal). Si bien los alimentos no parece que nos aporten grandes cantidades de aluminio, si es verdad que el uso de las cacerolas de aluminio aumentan considerablemente el riesgo tóxico, mucho más cuando el alimento contaminado es ácido (tomate, chucrut, etc.) y se suma la acción del calor de la cocción.
El agua es otro de los elementos que puede llevar Al a nuestro cuerpo, ya que para potabilizarla se suele usar algún derivado del Al.
Los cosméticos, productos de higiene personal (desodorantes, dentífricos antisensibilidad, geles, etc.) y de belleza (cremas, etc.) que atraviesan la barrera de la piel, los medicamentos (antiácidos, suplementos de calcio, antidiarreicos, analgésicos, vitaminas, etc.) y algunas prácticas médicas (en enfermos renales, vacunaciones, etc.) son otros de los  portadores de Al. Por cierto, el tabaco es otra fuente que aporta Al.
Ya hay estudios que relacionan la exposición a este metal con alteraciones óseas como la osteoporosis, sanguíneas como la anemia y de demencia como el Alzheimer, también se han observado modificaciones perjudiciales en órganos como el hígado, los músculos, el corazón y la médula ósea.
Para quien esté interesado puede consultar el trabajo de Vittori y col.
Digamos que son muchos focos portadores, la suma hace preocupante el hecho, por lo cual deberíamos eliminar el mayor número de fuentes portadoras de Al en nuestro uso cotidiano.
Pero ahora hay una fuente de contaminación, muy preocupante, de la que se podrán ver los devastadores efectos en algunos años. No llego a entender como, el Ministerio de Sanidad, que se preocupa por la salud pública y que debe conocer sobradamente los efectos perjudiciales del Al en las personas, ya que prohibió las cacerolas de aluminio en las cocinas hosteleras; digo, no entiendo como permite que salga al mercado general (hostelería y hogar) la fábrica de Alzheimer más grande que haya podido existir nunca; aunque sinceramente tampoco entiendo la incongruencia de poder seguir fabricando y vendiendo cacerolas de Al (que algunas amas de casa siguen usando), sabiendo lo perjudicial que es (prohíbe la fabricación y se acaba el problema ¿no?)
¡Que no saben cual es el monstruo venenoso! Estoy segura que tienen uno en casa…
¿Esta foto les dice algo?... ¿no?…

Café (sustancia ácida), con una temperatura cercana a la ebullición, atravesando una cápsula de Al a toda presión… ¿habéis notado un color grisáceo en la crema del café? Y os lo tomáis… todos los días… ¿más de una vez? ¡Que miedo! Ya sé que hay cápsulas plásticas… que pueden provocarnos otro tipo de enfermedades… elegir… Alzheimer o trastornos hormonales…

Sé que a partir de ahora a muchos no les va a sentar el café nada bien y que cuando pidáis un café en un establecimiento hostelero vais a fijaros en el tipo de cafetera que tienen; en muchos bares y restaurantes se está imponiendo también el uso de este tipo de cafeteras porque son limpias, no necesitan mucho espacio y el mantenimiento es barato.

Antes de nada, debo decir que no recibo ningún tipo de compensación por dar a conocer en mi blog, productos que considero útiles, soy una persona independiente sin más guía que mi propio juicio y entendimiento, buscando el bienestar de los seres vivos.

Y dicho esto, en la última Feria de Biocultura he descubierto una cafetera que me ha sorprendido gratamente, ya que usa cápsulas monodosis ecológicas de papel, como el de las infusiones y es de comercio justo, supongo que también estará fabricado con alguna sustancia indeseable porque la etiqueta de ecológico creo que se refiere al café y no a la cápsula, pero seguro será menos dañina que la cápsula de Al.