sábado, 26 de diciembre de 2009

La Enfermedad


La palabra enfermedad deriva del latín: Infirmitas, infirmatis, cuyo significado es debilidad. En la descripción de algunos diccionarios aparece su significado como "condición anormal del cuerpo que daña o corrompe las funciones normales del cuerpo, que causa incomodidad, que deteriora la salud. Condición anormal de una institución que daña sus funciones. Dolencia, mal."
Pero yo, desde mi humilde sabiduría y apoyándome en las premisas de la Naturopatía, entiendo la enfermedad con un significado más cercano al del latín; y rectificaría diciendo que la enfermedad es una condición normal del cuerpo que, en su intento de reparar funciones anormales, causa incomodidad o dolor, para reponer la salud . Condición normal de una institución para reparar sus funciones debilitadas. Tendencia hacia la salud desde una debilidad.


Nacemos marcados para padecer, algún tipo de trastorno o enfermedad; nacemos con alguna debilidad o deficiencia que nos va llevando, desde el nacimiento, poco a poco, hacia la muerte. Se podría decir que desde que nacemos empezamos a morir. La mayor crisis de estas deficiencias se produce alrededor de los 40 años, cuando todas las funciones del organismo se ralentizan. Se podría decir que nacemos marcados, pero poseemos libre albedrío para evitar padecimientos, agravarlos, acelerarlos o crearlos de la nada.
El entorno, la alimentación, las emociones, el estrés, etc., son factores que influyen en nosotros. Somos un todo, cuerpo, mente y espíritu están interrelacionados y nosotros estamos interrelacionados con el exterior. Unos órganos se interrelacionan con otros, si uno enferma los demás se resienten. Cualquier factor puede desequilibrar todo el organismo. La mente puede provocar una enfermedad, pero un desequilibrio en el organismo también puede provocar un desequilibrio mental.
Nuestro organismo dispone de una inteligencia independiente de la de nuestro cerebro, cada célula es inteligente por sí misma y cuando nuestro organismo se desequilibra por la razón que sea, esa inteligencia orgánica intenta equilibrarlo, ahora nosotros podemos colaborar a esa curación o, por el contrario, bloquearla e incluso eliminarla e invertirla. Esto se puede comprobar a menudo en la consulta comparando personas con la misma enfermedad que para unas es invalidante y sin embargo para otras no lo es; los efectos, las secuelas y dolencias de la enfermedad se suavizan y limitan en las personas positivas y de buen carácter y humor; sin embargo en personas negativas, con pocas miras de futuro, resentidas y malhumoradas parece que la enfermedad se ceba y produce muchos síntomas indeseables e invalidantes. Las emociones provocan en nuestro organismo cambios que pueden ser positivos o negativos, hablaré de ello en otro apartado.

Rosa S. Madueño