viernes, 13 de agosto de 2010

INTOLERANCIA ALIMENTARIA


Se está escribiendo mucho últimamente sobre Intolerancia Alimentaria, hay guerras creadas entre laboratorios y entidades que luchan por ser los auténticos, los verdaderos, los que saben lo que se hacen, los que lo hacen bien, los que tienen la patente auténtica. Una guerra entre términos: Intolerancia Alimentaria o Alergia; análisis del IgE, IgG o citotoxicidad. Lo cierto es que la praxis está funcionando, en la práctica se ve todos los días en la consulta como desaparecen síntomas que se han ido arrastrando durante años y que los médicos tratan como asociados a la decadencia física por la edad, los tratan como enfermedades crónicas, o simplemente no encuentran una solución clara; sin saber que eliminando algunos alimentos de la dieta se recupera el estado de equilibrio al 100% –si no ha habido daño estructural-. Todavía no hay estudios a largo plazo, pero se vislumbra un gran futuro en la eliminación de enfermedades crónicas, como la artritis, artrosis, fibromialgia, etc., y en trastornos que se creían normales, como el síndrome premenstrual, los sofocos de la perimenopausia, etc..

En mi experiencia personal muchas de las enfermedades que cursan con inflamación o que se agravan con la inflamación son fáciles de remitir eliminando los alimentos dañinos, aunque a veces hay que hacer algún ajuste más a través de la dieta o suplementándola porque existan otras deficiencias asociadas. Como ejemplo: Las contracturas musculares, el síndrome del túnel carpiano, algunos casos de ciática, el dolor de mamas en el SPM, varices (las venas son desplazadas a la superficie de la piel por la retención de líquidos que supone la intoxicación alimenticia), celulitis, dolores de cabeza y migrañas; pero sobretodo, es en los trastornos digestivos donde se obtienen los resultados más rápidos y espectaculares (un caso aparte es la enfermedad de Crohn que requiere más tiempo y más ajustes para que remita totalmente). Otros trastornos que terminan por cronificarse pueden prevenirse igualmente sin que lleguen a dar la cara, (diabetes, hipertensión, artrosis y artritis, obesidad por edema, etc.) esto es muy útil en familias donde ya existe este tipo de problemas y tienen hijos que aún no han desarrollado ese tipo de enfermedades; la mejor edad para empezar con estos test es pasado el periodo de desarrollo, ya que la adolescencia es un periodo de cambios donde no se ha establecido todavía una pauta alimenticia estable; aunque sería recomendable, ya en esta etapa, tener una historia clínica en la consulta que incluso podría evitar tener que realizar en el futuro este tipo de análisis; en esas edades ya se vislumbra el camino que va a tomar la enfermedad.


Si no lo sabemos podemos medicamentarnos toda la vida aplacando síntomas; pero, sin ir al origen no existe curación. Médicos, terapeutas, naturópatas, deberían tenerlo en cuenta porque evitarían medicar inútilmente. Lo siento por la industria farmacéutica, lo siento por la creciente industria de suplementos de la que se nutren los herbolarios y a la que acuden, cada vez más asiduamente los Naturópatas; nos dirigimos hacia la salud sin mediar para ello la farmacopea sintética ni la herbal, ¿hay algo más ecológico y económico?.
Rosa S. Madueño

lunes, 2 de agosto de 2010

LA REVOLUCION DE LA INDUSTRIA ALIMENTARIA


Existe una nueva revolución alimentaria en muchos países, a la que tendrá que adaptarse la industria de la manufacturación de alimentos, o lamentablemente verán caer sus ventas día tras día. Esta revolución esta siendo provocada por el conocimiento cada vez mayor de las alergias e intolerancias a los alimentos, que obliga, cada vez a más consumidores, a recurrir a alimentos con unas determinadas características que muy pocos fabricantes contemplan en sus productos. La proliferación de herbolarios en los últimos años obedece a la demanda de una población cada vez mas concienciada con su salud y a una demanda, en crecimiento constante, de productos especiales para intolerancias y alergias alimentarias.

El consumo creciente de los “Test de Intolerancias Alimentarias” por parte de una población, que no encuentra respuesta a sus males a través del sistema sanitario, y acude a Terapeutas Naturópatas, ha disparado el consumo de productos alimentarios “especiales”. Muy pocos fabricantes y muy pocos supermercados cuentan entre sus productos con este tipo de alimentos, por lo que, las personas que conocen sus intolerancias y alergias tiene que recurrir a herbolarios y tiendas de dietética para poder tener acceso a una serie de alimentos que de otra forma no podrían consumir.

Alimentos sin gluten, lactosa, huevo o almendras, son los más demandados y difíciles de encontrar en las estanterías de los supermercados de barrio. En algunos casos, la cosa se complica mucho mas, porque la intolerancia múltiple hace casi imposible encontrar ningún alimento que se pueda consumir sin que sea dañino. Es típico, en la consulta, cuando revisas un caso por el escaso resultado positivo que ha tenido en la salud del paciente (a pesar de entregarles un listado con productos sospechosos de contener alimentos intolerantes y repetirles que tienen que leer las etiquetas) escuchar cosas como: “como no puedo comer cereales ni tomar leche me he inclinado por tomar embutidos (jamón de york, chorizo) que alimentan mucho”; y es que, si no lees las etiquetas no te das cuenta que muchos de esos productos llevan gluten y derivados de la leche, entre otras cosas. Lo que ya riza el rizo son las intolerancias a los aditivos y conservantes que se añadidas a las de los alimentos, obligan a muchos pacientes a tener que fabricar en casa su propio pan, dulces, etc.

En la industria alimentaria hay una revolución que están empezando a sufrir algunos fabricantes que ven como caen sus ventas de pan, dulces, leche, etc., tendrán que morir o adaptarse a los nuevos tiempos que ya están aquí, fabricando productos con menos aditivos, conservantes y colorantes y exentos de esos alimentos a los que son intolerantes y alérgicas cada vez mas personas (y que en muchos casos están directamente provocando intolerancias por consumo excesivo oculto en multitud de productos).